jueves, 20 de septiembre de 2012

Somoto Desfile patrio 2012
Aurora boreal en septiembre en Nicaragua
Desde el pasado 18 de Septiembre del 2012 en horas de la tarde el pueblo nicaragüense vivió uno de los fenómenos mas raros del mundo y se trata de la aparición en el cielo de la aurora boreal un fenómeno natural que se presenta en climas árticos y por lo general en los polos, gran parte de la expectación que genero este fenómeno es que Nicaragua es un país de clima tropical en el que no se deberían de observar este tipo de fenómenos y si a esto se le suma el temor que se ha infundido en toda la población nicaragüense por los recientes temblores y erupciones volcánicas además de la cercanía con el terremoto de Costa Rica hay muchas personas que piensan que este espectáculo de luces en el cielo se trata de señales del fin del mundo. Otro de los factores que están causando tanto temor es que según algunas imágenes y reportajes estas luces en los cielos se han hecho presentes en otros países poco tiempo antes de que alguna catástrofe natural ocurra, sin lugar a dudas la aparición de la aurora boreal en Nicaragua es un fenómeno muy extraño y de echo no se ha comprobado que se trate de esto pero no hay otra explicación, ya sabemos lo que dice la famosa frase señales en el cielo desastres en la tierra y un grupo de científicos rusos han pronosticado un fuerte terremoto en Perú para este 20 de Septiembre, estaremos al pendiente de todo lo que ocurra con respecto a esta situación y te seguiremos informando tanto de las luces en los cielos de Nicaragua como de los desastres naturales pronosticados.
El Sol al ataque Ciencia.
El próximo 22 de septiembre millones de personas en el planeta podrían no solo experimentar en carne y hueso el efecto de las tormentas geomagnéticas, sino también quedarse sin electricidad a causa del fenómeno. Esta alarmante información ha sido divulgada ampliamente en Internet por varios medios de comunicación que citan a los expertos de la NASA, quienes hace años predijeron esta catástrofe energética, aunque no precisaron la fecha exacta. Así, en el estudio titulado ‘Amenazas de la meteorología del espacio: consecuencias económicas y sociales", publicado en el 2009, los científicos anunciaron que cualquier día en el Sol se producirán una serie de explosiones que darían lugar a “supertormentas geomagnéticas” que "dejarían indefensa a toda la Humanidad". Ahora varios medios, dedicados a publicar materiales científicos, precisan que durante toda la jornada del 22 de septiembre una parte de los habitantes de la Tierra podrán admirar las auroras boreales. Sin embargo, después de contemplar el espectáculo natural, según advierten, los terrícolas se arriesgarán a enfrentarse a un verdadero colapso energético: la fuerza de las explosiones sería tan grande que la mayoría de los generadores y transformadores podrían quedarse fuera de servicio o, incluso, fundirse. "La energía eléctrica es la tecnología de la sociedad moderna, la piedra angular, de la que dependen prácticamente todas las demás infraestructuras y servicios", señala el informe, precisando que es particularmente vulnerable al clima espacial. "Algo normal" Sin embargo, no todos los especialistas creen que el fenómeno pueda suceder en general o que sea posible predecirlo con tanta exactitud. “Se trata de una situación normal, cuando explosiones solares vienen acompañadas por un vertido del plasma”, sostiene Nikolái Chugai, de la Academia de Ciencias de Rusia. “No obstante, para que este proceso afectara a los terrícolas, deben coincidir varios factores: que el plasma solar llegue hasta la órbita terrestre, y que nuestro planeta se encuentre en ese momento en la trayectoria de su 'bombardeo'. Pero hay que reconocer que el fenómeno ya sucedió varias veces", concluyó el experto. “¡Menuda barbaridad! ¡Es imposible predecir un fenómeno natural de este tipo, que todavía no ha pasado!”, opina otro científico ruso del Instituto de Astronomía, Nikolái Samus. La tormenta solar más potente registrada ocurrió en 1859, cuando tras unas espectaculares auroras boleares se produjo un fallo de los sistemas de telégrafo en toda Europa y América del Norte. Entonces, los cables sufrieron cortes y cortocircuitos, que provocaron numerosos incendios en ambas regiones.